Hacia la salud integral de la boca

 La Odontología actual no puede seguir haciendo reparaciones aisladas. Hoy en día, len CABI se considera el área buco-dental como una unidad en su conjunto y se plantea reconstruir un equilibrio saludable y duradero, estético y funcional, para el paciente. Más que arreglar bocas, tratamos pacientes, lo que implica una atención global a la persona. No todos los tratamientos convienen a todo el mundo pues depende mucho de la personalidad, del momento vital y de otras diversas circunstancias. La forma de ser y de pensar de cada uno nos interesa a la hora de indicarle la mejor solución odontológica.
 

 Estudiando bien el caso

 A no ser que se trate de urgencias, en la primera cita es raro que se lleven a cabo tratamientos, pues siempre se empieza por un estudio previo, de modo que esta primera visita se dedica a la toma de registros. Se recogen los datos médicos y odontológicos necesarios, se realiza una exhaustiva exploración bucodental, se toman fotografías, modelos e índices de articulación y se hace el estudio radiológico que esté indicado. En algunos casos se solicitan pruebas complementarias, como análisis de sangre o escáner. Así, el dentista estudia los resultados de todas estas pruebas, emite el diagnóstico y puede ofrecer las opciones de tratamiento que resulten más adecuadas para el caso particular del paciente. Sólo en la segunda entrevista, y con este estudio ultimado, se acuerda el plan de trabajo y el presupuesto del mismo. De esta manera se pueden reducir al mínimo los errores por precipitación o por estimaciones rápidas o superficiales, y asegurar así que el tratamiento será el más apropiado de entre los posibles.

 Decisión informada, tratamiento personalizado

 En la segunda visita, el dentista propone, pero es el paciente el que toma las decisiones, de acuerdo con los criterios del dentista. En efecto, el dentista informa las distintas posibilidades y los pros y contras de cada una y al final se llega a un plan consensuado. Se trata pues de una decisión informada del paciente acerca de su tratamiento y es responsabilidad de CABI que todos y cada uno de los detalles queden perfectamente aclarados para él. Este procedimiento impide la cosificación del paciente y que el tratamiento que se vaya a desarrollar no sea el que el paciente desea.

¿Y después del tratamiento qué?

 Los servicios de CABI no terminan al finalizar el tratamiento. Ahí empieza la fase de mantenimiento y prevención que es tan importante como la primera. Debido al sustrato biológico del trabajo dental, nadie puede ofrecer garantías totales. Son múltiples los factores que van a incidir sobre una restauración odontológica y especialmente los hábitos, la higiene, las parafunciones, el estado de salud del paciente y hasta los factores psicológicos pueden determinar el futuro del equilibrio inicial logrado con el tratamiento. De manera que el sistema de revisiones periódicas es la única manera de preservar a largo plazo la durabilidad de los resultados. Según la patología de cada caso, hay un protocolo de visitas de revisión cada 4, 6 ó 12 meses. Tras haberlo pactado previamente, el paciente es avisado por carta o por teléfono para su revisión periódica. Esta incluye una reevaluación odontológica, así como procedimientos de limpieza e higiene y la aplicación de las medidas preventivas que estén indicadas para cada caso particular.

Nuestra receta: calidad y trato humano

 En CABI se ha hecho un gran esfuerzo por alcanzar la alta calidad de sus tratamientos: por un lado, un empeño serio en educación continuada que nos permita estar al día en las técnicas de trabajo; Pero todo ello no sería suficiente si no lo combináramos con el trato personal a nuestros pacientes. El paciente no se encuentra en un establecimiento frío y distante, sino que recibe desde el principio un trato amigable, muchas veces casi familiar, que refleja la preocupación que todos los que trabajan en CABI tenemos por las personas. Sin ese lado humano, nuestro trabajo no tendría razón de ser.